Aquí dolió, aquí sanó.
Quién más quién menos, todos tenemos cicatrices. Algo se rompió, se acabó, se fué, se desbarató....
El atípico psicólogo Tomás Navarro nos anima a llevarlas con orgullo: “Son signos de nuestra fragilidad, pero también de nuestra fortaleza y belleza: demuestran que fuimos más fuertes que la