Bienvenido enemigo, pasa y acomódate, como si estuvieras en casa.
Serás tú, sin duda, el mejor espejo en el que mirarme al devolverme la imagen más veraz, cruda y sincera de mí misma. No será el amigo cuyo criterio se ve "ofuscado por la ceguera de quien nos ama (“amigo” deriva del verbo latino amare)".
Pero nuestros
...